Budapest

Una ciudad tranquila

Budapest.

22 de marzo 2019

El contenido de esta página se basa en un viaje previsto entre el 20 y 22 de mayo.

LLegar a Budapest invita a deteter el paso. Tras un alocado viaje que comienza a las 4 de la madrugada para coger un avión desde Madrid, y una vez descargada la inseparable mochila en el alojamiento que me ha de servir de cueva en los dos próximos dias, el inevitable primer paso es ir a buscar el Danubio, compañero de viaje que me ha de acompañar en este lugar y otros que visitaré en los próximos dias.

La mañana es fresca, al fín y al cabo estamos en marzo, época proclive a dejarse sorprender por las frescas mañanas y calurosos medios días, y donde la necesidad de acarrear un chubasquero es algo que la probabilidad no alcanza nunca a despejar.

Tranvía en Budapest

Se aplacan las prisas al pasar por el grandioso edificio del Parlamento, invitando a la relajación en el momento que un tranvía aparece al fondo girando noventa grados para envestir lenta e implacablemente la calle empedrada, negra y húmeda en la que, de pie y calculando distancia y velocidad del ingenio, preparo parsimoniosamente la cámara, observando de reojo un buen encuadre que brinde la inaugural bienvenida a esta ciudad.

El Parlamento de Budapest.

El Parlamento de Budapest es el edificio más emblemático de Budapest y uno de los más famosos de Europa. Es el tercer parlamento más grande del mundo por detrás del de Rumanía y el de Argentina.

El Országház, como es llamado aquí, llama la atención desde cualquier punto desde el que se observe. Es la mayor construcción húngara, un edificio blanco neogótico levantado a finales del siglo XIX que alberga en su interior casi 700 salas. Su cúpula alcanza los 96 metros, la misma altura que la Basílica de San Esteban, un gesto simbólico con el que expresan la igualdad del poder político y de la iglesia. Eso sí, durante la época comunista se colocó encima del Parlamento una estrella roja superando de esta manera la altura de la Basílica y demostrando la superioridad del gobierno.

Su construcción fue la inversión más importante del fin del siglo XIX y en ella se utilizaron materiales húngaros a cargo de arquitectos, diseñadores, trabajadores nacionales en un proyecto que significó un auge para diversos sectores de la economía húngara.

El acceso tiene lugar por sus 27 puertas y en el interior se circula por 29 escaleras y 13 ascensores.

El arquitecto, al preparar los planos del edificio, era consciente de que la relevancia de la obra junto al Danubio, por lo que decidió que no habría ni chimeneas ni humos.

Por esa razón se decidió instalar una técnica innovadora en aquella época para la calefacción que era de vapor y que llegaba de una casa que situada a unos 200 metros del edificio principal.

En sus majestuosas salas y pasillos se hallan esculturas que representan los oficios de aquel tiempo, cada uno de ellos con su propio distintivo, pero aparece también representado el propio arquitecto Steindl, con los planos en sus manos.

Parlamento de Budapest

Actualmente, el edificio alberga la asamblea unicameral húngara y desde 2000 se puede visitar su interior y ver la histórica corona real y otras joyas de la corona.

La ubicación del Parlamento de Budapest es muy simbólico. Se construyó a orillas del Danubio en la parte de Pest en frente del Palacio Real, que se yergue en la colina de Buda, precisamente para representar ese contrapeso con la monarquía. Su emplazamiento significa que el futuro de la nación reside en la democracia popular y no en las prerrogativas reales.

El estilo del edificio es principalmente neogótico, que recuerda vagamente al Parlamento de Londres, con influencias de otros estilos como el renacentista o el bizantino, especialmente en sus interiores. Estas influencias también son una representación de la amalgama de pueblos y culturas que influenciaron y conformaron Hungría en sus 1.000 años de historia.

El Parlamento de Budapest se puede visitar cualquier día de la semana siempre que no haya reunión de su Sesión Plenaria. La visita dura 45 minutos y se pueden hacer en visitas guiadas en ocho idiomas entre ellos el español.

La visita te lleva por un recorrido en el que se ven cosas como la Escalera Principal, el Gran Salón y su magnífica cúpula, la Sagrada Corona de San Esteban y las Joyas de la Corona Húngara, la Antigua Cámara de los Lores, y la actual Cámara Alta donde se celebran las sesiones plenarias.

Parlamento de Budapest.

Dirección: V Kossuth Latos tér 1-3
Horario de apertura: 1 de Abril a 31 de Marzo: de lunes a domingo de 8:00 a.m. a 6:00 p.m. y de 1 Noviembre a 31 de Marzo: de lunes a domingo de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.
Precio de entrada: Ciudadanos de la UE: Adultos 2400 florines, estudiantes 1300, niños. Ciudadanos no EU: Adultos 6000 florines, estudiantes 3100 florines. Todos los menores de 6 años entran gratis
Web oficial: www.parlament.hu

Cómo son los húngaros?

Los húngaros de cierta edad no suelen hablar otros idiomas mas que el suyo propio. En todo caso, alemán. Esto no ocurre con la mayoría de jóvenes y personas menores de 30 o 40 años. Es un handicap que puede dar lugar a confusión cuando detienes a alguien por la calle para preguntarle cualquier cosa. Nos puede dar la sensación de que son huraños o poco sociables, pero no hay más interpretación a tal actitud que la mencionada anteriormente. Si pueden entenderse con uno, seguro que lo hacen, no he encontrado ninguna diferencia con respecto al resto de europeos.

La tasa de crimenes es muy similar en Espana y Hungría. La gran mayoría de los húngaros son gente decente, trabajadora y acogedora, pero como en cualquier país en Hungría también hay ladrones, rateros, estafadores, borrachos y tahures, o lo que quieras. Hay que tener cuidado y precaución normales como si estuvieras en Espana.

También es verdad que algunos húngaros piensan que en España atan a los perros con longanizas, y eso les lleva a intentar sablearte en el mercado o intentan regatear por lo alto, pero nada más aplicable que el sentido común si has de negociar con cualquiera en este país. Eso sí, hay que enterarse antes de entrar en un restaurante o cualquier sitio de los precios para que luego no haya lugar a equivocaciones.

El nivel de corrupción es un poco mayor que en España, pero menor que en Italia. Nunca es conveniente intentar sobornar a nadie, y mucho menos a la policía si no se desea acabar en el calabozo.

Al frente, la ciudad de Pest.

La legislación antidroga es muy estricta en Hungría. Sólo por fumar un porro te pueden caer anos en la carcel. Ni te ocurra vender ninguna substancia lo más mínimo que sea porque te vas a pudrir en la prisión.

No intentes cambiar dinero en la calle. Hay gitanos rumanos en Budapest que te ofrecen una tasa de cambio más favorable, pero al fin te van a timar o robar. Puedes encontrar casas de cambio en cada esquina y generalmente pagan más por tu euro que los bancos comerciales.

Los gitanos forman entre 5-10 % de la población húngara, y muchos se distinguen como artistas, músicos, artesanos o deportistas, pero casi la mitad de los gitanos no trabaja, sino vive de prestaciones sociales, y generalmente tienen mucho más hijos que los húngaros. Las estadísticas también muestran que más de la mitad de los reos pertenece a esta minoría. Todo esto es una questión social muy complicada,y es cierto que existe un sentimiento antigitano en algunas partes de la sociedad húngara.

Los húngaros no son gente mediterranea, y sus costumbres son bastante diferentes. Los espanoles necesitan menos espacio personal que los húngaros, por eso aconsejo que no vayas tan cerca a un húngaro como lo haces con un espanol. Los espanoles generalmente hablan en voz más alta y hacen más ruido que los húngaros.

Al entrar en una casa húngara quítate los zapatos. La gran mayoría de los húngaros se quita los zapatos en el vestíbulo y anda en calcetínes o en pantuflas dentro de la casa. Si no te gusta andar en calcetines, pide un par de pantuflas. En muchas casas hay pantuflas para los invitados.

No brindes con cerveza. Según la leyenda en 1849 los austriacos ejecutaron 13 generales húngaros, y luego brindaron con cerveza. Desde entonces los húngaros no brindan con cerveza. Aunque se toma la costumbre cada vez menos en serio, no seas tú que quiebra esta tradición. Pero tampoco preocupes demasiado, siendo extranjero, tú "ignorancia" será perdonada.

Vista de Budapest

Por qué los hungaros no brindan con cerveza?

Subiendo a Buda y observando alrededor no puedes dejar de sentir la historia de un país que siempre se encontró en medio de dos mundos enfrentados. Si caminas por la muralla hacia la parte occidental y observas las colinas, puedes imaginarte a los vecinos más inmediatos: los austriacos, a veces aliados pero a veces rivales, opresores, ayudados por otros vecinos, como croatas y rumanos, y también por los rusos. Se aprovecharon para hacerse con el tercio occidental del país en 1526, después de la batalla de Mohács. Tres siglos más tarde, con los Habsburgo, impidieron la revolución húngara en 1848.

Aquel desventurado intento dejó recuerdos visibles, como la Ciudadela de Gellért, antigua fortaleza de los Habsburgo, un fortín desde el cual las tropas de los Habsburgo se aseguraban de que no volviese a existir un nuevo intento de rebelión en Buda o en Pest, ciudades aún separadas en aquel tiempo. También dejó recuerdos y actitudes perennes en la vida cotidiana de los húngaros, como no brindar jamás con cerveza por no imitar el gesto de triunfo de los austriacos

Del este vinieron, igualmente, las temibles invasiones de los tártaros y los mongoles. Y del sur, como no, los turcos, que se quedarían más de siglo y medio, hasta final del XVII.

Puente de las Cadenas. Al fondo la ciudad de Buda

La historia de Budapest es la de de tres ciudades: Obuda (la antigua Buda), Buda, que es la ciudad alta que se sitúa a la orilla izquierda del Danubio y Pest, la ciudad baja que está al margen derecho del río.

La ciudad de mayor antigüedad es Obuda, que fue ocupada por tribus celtas hasta que la conquistaron los romanos en el siglo I a.C. Obuda fue llamada por los romanos ¡Aquincum!, y se funde en el año 89 en un antiguo asentamiento celta.

Cuatrocientos años fue la capital de una de las regiones romanas, de Pannonia, en concreto. Aquincum venía de “agua”, en clara referencia a “aqua”, agua, por la gran cantidad de manantiales terminales que existen y tanta fama han dado a Budapest. Buda nació como colonia de Roma y se fundó en el 14 a.C.

Buda es la histórica capital húngara. Su terreno, lleno de colinas y bosques, está dominado por el espectacular Castillo de Buda, con más de siete siglos de antigüedad. Ha sufrido innumerables conquistas y destrucciones. El actual Palacio Real es un bello edificio neo-barroco de principios del siglo XX, que fue abandonado y dañado durante los años del socialismo, actualmente recuperado.

La isla de Óbuda, por su parte, destaca por ser el corazón de la fiesta húngara, con sus bares, terrazas y discotecas. Cada año, Óbuda es sede del Sziget Festival, uno de los mayores festivales musicales del mundo.

Puente de las Cadenas

Mientras que Buda se suele asociar con los barrios ‘señoriales’ y de clase alta, Pest es donde se concentra la mayor parte de la población y de la vida urbana. Se conectó con Buda gracias a la construcción del magnífico puente de Széchenyi (conocido como “puente de las cadenas”), o Széchenyi Lánchíd. Fue completado en noviembre de 1849 y desde un primer momento asumió un rol funcional y simbólico en la vida de la ciudad.

Su construcción había sido propuesta por István Széchenyi -de ahí el nombre utilizado en húngaro-, y su función principal era la de unir las ciudades de Buda y Pest como una única entidad urbana. Por ello, concibió el puente no sólo como un elemento de unión entre orillas sino como un símbolo de fortalecimiento de lazos entre ambas urbes, por entonces aún independientes una de la otra. El proyecto fue concedido a dos ingenieros civiles británicos apellidados Clark, William Tierney Clark -autor ya entonces de dos puentes colgantes, el de Hammersmith en Londres y el de Marlow- y Adam Clark, escocés que supervisó la construcción. Cabe señalar que los dos puentes de William Tierney actuaron como modelos del de Budapest, pues frente a los 210 m de longitud del de Hammersmith y los 72 m del vano de Marlow, el puente de las Cadenas alcanza una longitud de 376 m (con un vano central de 202 m).

Cúpula

Los Tres Sueños de Amor de Franz Liszt

En 1850, Franz Liszt compuso sus Liebesträume (Sueños de amor), tres pequeñas piezas para piano basadas en dos poemas de Ludwig Uhland (1787-1862) y uno de Ferdinand Freiligrath (1810-1876) que describen, respectivamente, tres tipos de amor: el amor como éxtasis religioso, el amor como deseo erótico y el amor como entrega total.

El que podemos escuchar al fondo de esta página, si tienes el sonido activado, es el tercero de ellos. El poema en que está basada la pieza es el siguiente:

O lieb, so lang du lieben kannst

¡Oh, ama, ama tanto como puedas!

Por: Ferdinand Freiligrat

¡Oh, ama, ama tanto como puedas!

¡Oh, ama, ama tanto como debas!

Llegará la hora, llegará la hora

En que sobre las tumbas te lamentarás.

 

Asegúrate de que tu corazón arda,

Y sostén y mantén el amor

Tanto como el otro corazón ardientemente lata

Por tu amor.

 

Y si alguien te comparte su alma

Correspóndele lo mejor que puedas

Dale alegría a cada hora,

¡No le dejes pasar penas!

 

Y vigila tus palabras con cuidado,

¡Aparta el verbo caustico de tus labios!

Querido Dios, no quise herirlo,

Pero el amado retrocede y se lamenta.

¡Oh, ama, ama tanto como puedas!

¡Oh, ama, ama tanto como debas!

Llegará la hora, llegará la hora

En que sobre las tumbas te lamentarás.

 

Te postrarás junto a la tumba

Y tus ojos estarán tristes y húmedos,

-Nunca volverás a ver otra vez a tu amado,

Sólo la hierba alta y húmeda del camposanto.

 

Dirás: mírame desde allí abajo,

¡Soy quien se lamenta junto a tu tumba!

¡Perdona mis desaires!

¡Querido Dios, no quise herirle!

 

Aunque el amado no te vea o escuche

Yace más allá de tu consuelo;

Los labios, que tantas veces besaste, hablan

No de nuevo: ¡Te perdoné hace mucho tiempo!

 

Sin duda, él te perdonó,

Pero las lágrimas que derramaría copiosamente

Sobre ti y tu palabra impensada

-¡Tranquilízate!- él descansa, ya ha fallecido.

 

¡Oh, ama, ama tanto como puedas!

¡Oh, ama, ama tanto como debas!

Llegará la hora, llegará la hora

En que sobre las tumbas te lamentarás.

Vista desde Pest

Banco junto al Danubio

Desde el Danubio

Soldados

Soldados

Soldados

Cervecita

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