Cómo llegar a Salamanca desde Madrid
Llegar a Salamanca desde Madrid es muy sencillo. La opción más cómoda y rápida es el tren, que os dejará directamente en el corazón de la ciudad en aproximadamente dos horas y media, disfrutando de un paisaje castellano precioso. Si preferís la carretera, también hay autobuses frecuentes que tardan un poco más, pero son una alternativa económica. Y, por supuesto, si venís en vuestro propio coche, la autovía A-50 os conectará directamente con Salamanca en unas dos horas y media.
Salamanca es una ciudad con un legado milenario. Sus orígenes se remontan a la Edad del Hierro, con asentamientos prerromanos que ya aprovechaban su estratégica ubicación junto al río Tormes. El origen de la ciudad es un pequeño asentamiento, en la primera edad del hierro, hace ya 2700 años. Una pequeña tribu vivía en la zona del cerro de San Vicente, junto al río Tormes. El año 220 a.C. el General del ejército cartaginense Aníbal conquista la tribu a su paso por la conquista de Hispania. Por entonces la zona era llamada Helmántica.
Tras ésto, los romanos le arrebataron la zona a los cartaginenses, cambiando el nombre a la ciudad y llamándola Salmantica. Entonces empezó a cobrar importancia la ciudad por estar en la vía de la Plata que se comunicaba, Mérida, capital de la península ibérica, con las provincias del norte.
Tras la caída de Roma pasaron por la ciudad por visigodos y musulmanes, que la conquistaron en el año 712. La ciudad quedó prácticamente vacía en su época musulmana al ser una zona fronteriza entre el territorio cristiano y musulmán.
Pero la reconquista cristiana llega con la batalla de Simancas en el 931 y se repuebla de nuevo la ciudad. Salamanca comenzó a crecer a gran velocidad bajo el reinado de Alfonso VI en el siglo XI que mandó a construir la Catedral Vieja, y junto a ello escuelas catedralicias, que serían el germen de la creación de la Universidad de Salamanca, siendo la primera del país en el año 1218.
En la Edad Moderna, Salamanca se unió al movimiento de las Comunidades de Castilla, la conocida como Revuelta de los Comuneros, que se encontraban en contra de la nueva entrega de impuestos de Carlos I. Las ciudades que se alzaron contra el Rey fueron derrotadas y, a Salamanca como castigo, se ordenó destruir las torres de los palacios de la ciudad de familias nobles que se pusieron en contra.
El siglo XVI aun así fue una época de esplendor para esta ciudad, debido a que alcanzó prestigio como ciudad Universitaria a nivel de europeo y acogía al año 6500 estudiantes que suponía el 25% de la población.
En el siglo XVIII se produce un gran renacimiento económico, se termina su Catedral Nueva y se construye la plaza en 1729. Tras el terremoto de Lisboa en 1755 que asoló la ciudad también tuvieron que ser reconstruidos muchos edificios. La llegada de los Borbones influyó también en la mejora de la Universidad.
Durante la Guerra de Independencia contra las tropas francesas, la ciudad sufrió graves daños durante esta ocupación que duro 2 años entre 1810 y 1812. 10 años después cuando se crea la Provincia de Salamanca y se convierte en la capital de Castilla y León, se revitaliza económicamente la ciudad y se renueva urbanísticamente.
La Guerra civil ya en el siglo XX crea un nuevo paréntesis en su historia ya que fue sede del cuartel general de Franco y el palacio episcopal su residencia principal. Ya en la posguerra se crea aquí un gran archivo general de la guerra civil española. En 1940 el papa Pio XII funda la Universidad Pontificia de Salamanca y en 1988 se reconoce a la ciudad como Ciudad Patrimonio de la Humanidad por su gran importancia histórica y artística.
Pero si hay algo que define a Salamanca, es su Universidad. Fundada en el año 1218 por el rey Alfonso IX de León, es una de las universidades más antiguas y prestigiosas de Europa. Su esplendor en el siglo XV y XVI la convirtió en un centro neurálgico del pensamiento y la cultura, atrayendo a estudiantes y profesores de todo el continente. Aquí se formaron grandes figuras de la literatura, la ciencia y el derecho, y fue en sus aulas donde se debatieron ideas revolucionarias para la época. La Universidad de Salamanca no es solo un edificio, es el alma de la ciudad, un lugar donde la historia y el conocimiento se entrelazan.
Y hablando de belleza, no podemos dejar de mencionar el estilo plateresco, una manifestación artística única que floreció en España durante el Renacimiento y que tiene en Salamanca su máxima expresión. ¿Por qué se llama plateresco?
El estilo plateresco es una corriente arquitectónica y ornamental española que surge entre finales del siglo XV y el siglo XVI. Su nombre proviene de su exquisita decoración, comparable con el minucioso trabajo de los orfebres de plata (los plateros). Al visitar ciudades como Salamanca, tómate un momento para observar de cerca estas fachadas: cada símbolo tiene una historia y un mensaje que conecta con el pasado cultural y político de España. Preparaos, porque Salamanca está llena de tesoros arquitectónicos:
Salamanca, hoy en día, es una ciudad que combina a la perfección su rico pasado con un vibrante presente y un prometedor futuro. Sigue siendo una ciudad universitaria de referencia, lo que le confiere un ambiente joven y dinámico, lleno de vida y actividad cultural. El turismo es uno de sus principales motores económicos, atrayendo a visitantes de todo el mundo que quieren descubrir su patrimonio histórico y artístico. Además, ha sabido diversificar su economía, apostando por la investigación, la innovación y las nuevas tecnologías, especialmente en el sector biomédico y las energías renovables. La ciudad se esfuerza por ser sostenible y accesible, manteniendo su encanto histórico a la vez que se adapta a las necesidades del siglo XXI.
¡Espero que esta pequeña introducción os haya abierto el apetito para explorar y enamoraros de Salamanca! ¡Os aseguro que es una ciudad que os dejará una huella imborrable! ¿Estáis listos para empezar la ruta?
... Pedro ArroyoLos orígenes de Salamanca: Un viaje al pasado
La Universidad de Salamanca: Cuna del saber
El estilo plateresco: El sello de Salamanca
Porque sus elaboradas fachadas, con una profusión de detalles ornamentales que recuerdan a la orfebrería de plata, parecen haber sido cinceladas con la misma delicadeza. Es una fusión del gótico, el mudéjar y el renacimiento, creando un efecto visual espectacular. En Salamanca, el plateresco alcanza su apogeo en edificios como la fachada de la Universidad, la del Convento de San Esteban o la Casa de las Conchas, donde podréis admirar la maestría de los artesanos de la época. ¡Es el ADN arquitectónico de la ciudad!
¿Cómo es el estilo plateresco?
Características principales
Fases del plateresco
Ejemplos destacados
Elemento
Descripción
Fachada de la Universidad de Salamanca
Decoración compleja con escudos, medallones y motivos reales.
Palacio de Monterrey (Salamanca)
Ejemplo de plateresco renacentista y neoplateresco.
Monasterio de Uclés
Decoración plateresca con motivos simbólicos: calaveras, cruces y medallones.
Portada de la Pellejería (Burgos)
Grutescos y medallones muy característicos del estilo.
Importancia histórica
Recomendación
Principales monumentos de la ciudad
El desarrollo de la ciudad hoy en día