Barrio de las letras.
esBien. Has decidido venir a Madrid. Mi base, porque es aquí donde yo vivo. Vienes a Madrid a conocer la ciudad?, pues tienes un problema: no vas a querer irte, porque aquí tienes todo, y cuando digo todo es todo. Aelante!
El Barrio de las Letras de Madrid es adentrarnos en el Siglo de Oro español, andar por donde lo hicieron y vivieron Cervantes, Lope de Vega y muchos escritores y artistasLas tiendas de diseño se funden con las tiendas de barrio, pequeños, conventos, iglesias, bares, tabernas de toreros, restaurantes, cervecerías, museos, y callejuelas peatonales o de acceso restringido a vehículos.
Se encuentra muy cerca de la Puerta del Sol, en el centro de la ciudad. Sólo tienes que coger la calle Carretas y al llegar a la primera plazuela, a la izquierda. En metro puedes coger la linea 1 y la parada más céntrica del Barrio de las Letras es la Estación de Antón Martín.
Esta zona es conocida por este nombre por ser donde residieron algunos de los literatos más importantes de la literatura española en el siglo XVII. Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Tirso de Molina o Góngora, entre otros. En este lugar surgieron los corrales de comedias, antecesores de los actuales teatros, como el del Príncipe de la Pacheca o de la Cruz. Como referencia podemos coger la calle Huertas es su arteria principal donde se localizan bares de tapas y locales de fiesta y donde, prácticamente, todos los días se reúnen jóvenes treintañeros para tomar unas copas con los amigos. También La Plaza de Santa Ana, con sus amplias terrazas, es otro de los grandes atractivos para turistas de la zona.
la situación del barrio es inmejorable para conocer la cultura de Madrid, ya que alberga el CaixaForum y en sus proximidades se encuentran el Museo Nacional del Prado y el Museo Thyssen-Bornemisza, así como zonas monumentales como la Puerta del Sol o la Plaza Mayor.
Vamos a iniciar nuestro recorrido partiendo de un punto neurálgico y conocido por cualquiera que haya venido alguna vez a Madrid. La Plaza de Santa Ana. Vamos a situarnos en el centro, dejando a la izquierda el gran edificio del hotel y a la derecha el Teatro Español, para situarnos.
A nuestra izquierda tenemos, como he dicho antes, un famoso edificio: el hotel Reina Victoria (Actualmente hotel ME), conocido en la villa y corte como el hotel de los toreros. En este lugar había un placio, construído en 1810, y donde vivía la condesa de Montijo, lugar donde se daban suntuosas y frecuentes fiestas por aquel tiempo. Pues bien, este palacio fue derribado y en su lugar se construyó, en 1919, el acutal edificio que tuvo muchos problemas durante su fase constructiva por los impedimentos que puso el Ayuntamiento basándose en la altura del edificio.
El edificio, construído por el arquitecto Jesús Carrasco y Encina, estaba hecho con los materiales más modernos de su tiempo, dejando grandes vanos por el uso al que se pensaba dedicar: un edificio de comercios. Se emplearon estructuras de hierro y hormigón armado, esta muy inspirado en los diseños de Antonio Palacios para otros locales similares. Los dos primeros pisos estaban dedicados a almacenes comerciales, de incipiente uso en las principales urbes europeas, y el último a un hotel. Y efectivamente, aquí se alojaron los famosos almacenes Simeón
Desde hace muchos años, este hotel se ha identificado con el mundo del toreo, los toreros y sus devaneos, ya que muchos diestros solían albergarse en el mismo. Por ejemplo, se dice que Manolete pedía siempre la habitación 406. Muchos toreros se alojaban y se preparaban en el hotel antes de irse a la plaza, como El Viti, Antoñete o Joselito. También se dice que en este hotel Luis Miguel Dominguín y Ava Gardner vivieron un apasionado, y muy mencionado romance.
Posteriormente, la cadena Tryp lo compró y dio nombre a su hotel: Reina Victoria. Era la época de la Movida Madrileña y muchos grupos de rock españoles, cuando venían a la capital, se quedaban aquí, como Loquillo y los Trogloditas, Luz Casal yincluso Pablo Milanes. El bar, con símbolos toreros, aparecía en la película de Almodovar 'Hable con ella'.
Actualmente es el hotel ME. a destacar: La cafetería, ME Lounge, un restaurante de cocina internacional y, sobre todo, un lugar imprescindible para subir: la terraza del ME Madrid, The Roof, abierta en invierno y verano, ofreciendo un ambiente distendido con unas vistas espectaculares de la ciudad.
Ahora volveremos la cabeza hacia la derecha, justo enfrente del citado hotel y al otro lado de la plaza. Vemos el Teatro Español.
Hay que remontarse antes incluso de 1582, fecha en que se compra el Corral del Príncipe, en este mismo lugar. Los corrales de comedias de Madrid surgieron en el Siglo de Oro como marco teatral donde se representaba la dramaturgia española en este momento. Funcionaron entre la segunda mitad del siglo XVI y el primer cuarto del siglo XVIII, luego algunos desaparecieron y otros se reconvirtieron en teatros. A finales del siglo XVI había seis corrales abiertos en Madrid, entre los que destacaban: el corral de comedias de la Pacheca, el de la Cruz y el del Príncipe, éste último fue el antecesor del Teatro Real.
Como los españoles somos así, incluso entre corralas cercanas había piques y diatribas y, de esta manera, en el siglo XVIII el Teatro del Príncipe contó con su propio grupo de seguidores, los Chorizos, y el Teatro de la Cruz, bien cerca del primero, tenía los suyos: los Polacos, siempre rivalizando unos con otros.
En fín, que en 1802 el Teatro del Príncipe va y se incendia, y aprovechando la ocasión y que Juan de Villanueva era un arquitecto excelente y de moda por ese tiempo en la villa y corte, se construyó bajo su dirección, el nuevo Teatro Español, que abre sus puertas en 1850.
Actualmente alterna representaciones teatrales con otras actividades. También se puede visitar por dentro, en grupos y previa cita, (recogiendo las entradas en la taquilla con una semana de antelación), de martes a viernes, a las 12.00 h.por 2 euritos. El visitante conocerá la historia y evolución del Teatro Español durante sus más de 400 años de existencia, desde que nació (como corral de comedias), pasando por las distintas etapas políticas y artísticas, hasta convertirse en el Teatro que es hoy en día. También podrás visitar la caja escénica y te explicarán el funcionamiento y el trabajo de la gente que trabaja alli.
Justo detrás de nosotros se encuentra una gran cervecería, la cervecería Santa Ana, con varias barras y algo de picar. Y un poco más abajo, la cervecería Alemana, abierta desde 1904, con una decoración que se ha mantenido prácticamente inalterada hasta nuestros días y donde han dejado huella gente ilustre como Hemingway, y dicho por él mismo: un buen sitio para tomar cervezas y café”.
De frente y a mano izquierda, andando muy poquito, encontramos otra vieja taberna. La Casa del Abuelo, fundada en 1906. Un local pequeño, con mesas altas, sin lugar para sentarse. En las paredes algunas fotos antiguas, famosos y la típica máquina de seltz. Famosa por sus gambas al ajillo y a la plancha.
Nos vamos ahora hacia la calle Huertas que, según estamos posicionados, nos queda a la derecha. Y antes de entrar en la calle, en la misma esquina, una iglesia. La iglesia de San Sebastian.
Esta iglesia, entre bautizos, matrimonios, defunciones de personajes ilustres, reúne el mayor elenco de nombres conocidos y registrados aquí, como queda plasmado a la entrada de la misma en tres placas de mármol. Antonio Sillero fue el arquitecto que, en 1954, inició las obras. Fue una de las dos iglesias de Madrid a la que se le concedió el "derecho de asilo"; es decir, cualquiera que huyese de la justicia podía refugiarse en ellas.
Curiosos los enterramientos que se hacían en esta iglesia, como en otras muchas. Si eras noble y/o tenías dinero, se llevaban a cabo en el interior de la iglesia, si no, en el huerto aledaño al templo. Hoy aquel huerto, donde reposan los restos de Lope de Vega y de Ramón de la Cruz, bien es cierto que no se sabe dónde exactamente dónde y si no han pasado en algún momento a alguna fosa común, es una floristería. La vais a ver, está en la misma esquina, con botijos y cerámica colgando de un árbol. El terreno, con entrada por las calles de San Sebastián y de las Huertas, fue e conocido como “El jardín de los cómicos”. En el recibieron sepultura, entre otros muchos, Félix Lópe de Vega y Carpio,Buenaventura Rodríguez Tizón (Ventura Rodríguez), Juan Antonio de Villanueva y de Montes (Juan de Villanueva) y María Ignacia Ibáñez. Esta última murió prematuramente y se dice que José Cadalso perdió tanto los vientos por ella que intentó desenterrarla al no poder soportar su pérdida.
Poco queda de antes en esta iglesia. Durante la guerra civil española fue asaltada por las tropas republicanas y fueron quemados sus altares y retablos, y casi al final de la guerra, una bomba del bando contrario cae justo en medio de la misma. Hoy se puede distinguir, después de la reconstrucción en 1959, dos partes claramente delimitadas: la antigua, con las Capillas de Belén, del Sagrado Corazón y la de la Virgen de la Misericordia, y la moderna, una conjunto de planta ochavada, con cabecera y una gran cúpula central, con linternas que abastecen ampliamente de luz y el coro a los pies.
Tiene dos fachadas: la de la calle de Atocha, de gran sencillez, con un arco de medio punto que da paso al atrio y la de la calle San Sebastián, realizada con parte de la antigua portada de la calle Atocha, de Pedro de Rivera, de estilo churrigueresco, pero modificada para adaptarse al nuevo estilo neoclásico, con columnas jónicas que soportan el frontón. Dentro, una nave ccentral, una gran cúpula sostenida por pechinas y donde están representados los cuatro evangelistas. El altar es cuadrado y la disposición de los bancos es de asamblea, alrededor del altar.
Volvemos por nuestros pasos y comenzamos a recorrer la calle Huertas, llamada así por los terrenos de cultivo que ezistían al principio en esta zona. La primera calle a la derecha nos lleva a la Real Academia de la Historia. Desde 1738 la Real Academia de la Historia ha perseguido un objetivo principal:
purificar y limpiar la Historia de España de las fábulas que la deslucen e
ilustrarla de las noticias que parezcan más provechosas.
El siglo XIX es el periodo en el que la Arqueología adquiere en España su autonomía como
ciencia histórica. Influyó el movimiento romántico en ello. Hasta entonces, las antiguedades llegadas por cualquier forma a la Corona y pertenecientes a la misma estaban rodeadas de las más peregrinas fábulas y mitos relativos a su orígen.
Por eso la Real Academia de la Historia puso mucho empeño desde el
comienzo de sus actividades en recoger noticias de primera mano de estas
antigüedades e intentar además que se adoptasen las medidas necesarias por la
corona para su protección y conservación.
A lo largo de todo este siglo la Real Academia de la Historia ha sido determinante
en varios aspectos fundamentales, en el legislativo, en el institucional,
en el de la protección y conservación y en el de la investigación, como tendremos
ocasión de comprobar a lo largo de estas páginas
Volviendo atrás y en esa altura de la calle Huertas nos encontramos con una placa en homenaje a Miguel de Cervantes.
El edificio en que se encuentra es la fachada posterior del Convento de las Trinitarias.
Como ya he dicho antes, aquí vivieron literatos de renombre y entre ellos había desavenencias, piques y desacuerdos: Cervantes y Lope de Vega fueron vecinos muy enemistados, se dedicaban afanados versos satíricos abiertamente insultantes. Tenían personalidades opuestas y visiones literarias diferentes, Lope era el poeta del pueblo, muy popular entre las mujeres y gozaba de gran éxito en sus representaciones teatrales. En cambio Cervantes seguía las normas clásicas y no tuvo un gran reconocimiento popular en vida, es más, vivió con grandes estrecheces. Con Quevedo y Góngora ocurría prácticamente lo mismo.
Cervantes está enterrado en éste convento. Sus restos descansan en un pequeño monumento en el interior del templo.
Este convento es conocido por su antiguo nombre Convento de las Trinitarias Descalzas de San Ildefonso, construido en 1609. En 1673 se quiso ampliar
el convento derribándose las casas en las que vivían las monjas y la capilla en la que recibió sepultura Cervantes, quedando perdidos desde entonces sus restos
y hasta hace bien poco. Fue por los documentos localizados por el historiador Francisco Marín Perellón que se supo que en algún momento fueron trasladados a la cripta,
bajo el templo actual, donde se encontraron los huesos de varios cuerpos y que gracias a las nuevas tecnologías introducidas en la peritación se pudo comprobar con total seguridad
que los huesos encontrados son los del escritor. Sus monjas pagaron el rescate de Cervantes cuando estaba prisionero en Argel.
En este convento profesaron una hija natural de Cervantes y Sor Marcela de San Félix, hija de Lope de Vega e ilustre poetisa.
Más abajo, dos clásicos: La Fídula y El Hecho. El primero, un pub con conciertos en directo de autor y pionero de los bares musicales del barrio y el segundo una clásica coctelería, abiertos ambos desde hace muchos años y por algo será.
Continuamos hacia abajo y torcemos a la izquierda, en la Plaza de Jesus. Aquí, enfrente de la iglesia de Jesús de Medinacelli encontraremos uno de los bares más castizos de Madrid: La Dolores. Esta centenaria taberna mantiene su tradicional y llamativa fachada de azulejos y su mostrador de mármol en el que se tiran con mucho arte las cañas y buenas tapas. Su principal especialidad son los boquerones y las pulgas, de las que se ofrece un surtido muy variado: de queso de cabrales con anchoa, de anchoas con tomate, banderillas, etc. Una gran barra preside el local, que además cuenta con paredes repletas de jarras de cerveza, carteles antiguos y un rincón al fondo con unas pocas mesas. Una de las cosas que más caracteriza a esta taberna es su fachada con azulejos de trencadís, un tipo de aplicación ornamental del mosaico a partir de fragmentos cerámicos y unidos con argamasa.
Muy cerca y en la misma calle tenemos el meson Los Gatos. Como fugitivo de una película de Almodovar, vas a alucinar con la decoración
de este lugar: botellas, jarras de cerveza, básculas, una cabeza de toro, capotes, sifones, un monaguillo, un surtidor de gasolina, y Carlos III asomado a un balcón.... un
auténtico museo, vaya!. No es caro y se puede pedir entre un amplio surtido de tostas.
No muy lejos de aquí encontraremos la Casa Museo de Lope de Vega. En el número 11 de la calle Cervantes. Pedro Muguruza restauró esta casa, donde vivió Lope de Vega, después de varias ventas y transacciones de esta. En 1935, cuando se cumplían trescientos años de la muerte de Lope de Vega, el edificio se declaró monumento y se inauguró como museo.
Otros museos, como el Museo del Prado, Museo de Santa Cruz, la Biblioteca Nacional, así como coleccionistas y particulares transfirieron obras de arte, mobiliario, enseres y ediciones bibliográficas para completar la casa.
Aquí se levanta la que fuera la casa de Lope de Vega los últimos 25 años de su vida. Podemos ver el huerto, estudio, comedor, oratorio, las alcobas y el cuarto de huéspedes.
Se puede visitar previa cita.
Sé que se quedan muchas cosas en el tientero. Dejo abierto el post y lo iré completando en otro momento, pero creo que nos da una visión
de lo que podemos encontrar en este barrio y la posibilidad de disfrutarlo con arte, literatura y buenas cervecitas. Un saludo.
Pasear por este barrio te puede llevar a un local donde disfrutar de buena música en directo mientras te tomas una caña sin arruinarte.Barrio de las letras. Plaza de Santa Ana
Plaza de Santa Ana.
Calle Huertas.
Cafés con música en vivo
Café Central
La Fídula
Cardomo
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